domingo, enero 6

tatsi

Es morena, de baja estatura, ojos grandes y expresivos y una actitud que hace levantar miembros de salas enteras. Somos amigos hace 15 años y nunca me defrauda: sex-girl con toques filófico-conflictivos y disfruta del sexo como sólo las diosas.

Después de clases, Tatsi dijo a sus alumnos que se retiraran. Primero por que había cosas que hacer; segundo, porque sabía que su alumno estrella vendría. De puño y letra le había mandado una invitación mediante rectoría. Cuando entró en la sala, se acercó a su escritorio, como intimidándola. El simple hecho de tenerlo cerca la puso a cien [deseos de besarlo, temblores en las rodillas, humedades a contratiempo]. Sin muchos protocolos, se deja llevar por sus propios instintos: lo abraza, lo envuelve y, mientras siente el calor bultoso y rígido de su alumno, Tatsi lo enreda con sus labios carnosos (y carnales) . Labios, piernas y manos recorren su cuello, brazos y espalda. Pero su mayor placer es detenerse en su lindo trasero. Su fetiche es tocar su grande y erecto pene [simplemente delicioso!].

Él, delicadamente, recorre su cuerpo con sus manos grandes (nalgas, senos, piernas y entrepiernas, sin ningún misterio), y ella tiembla, y el placer la inunda por todo el cuerpo. Y le gusta. La mano del alumno buscaba ansiosamente los secretos de Tatsi; ella sin mucho trabajo decidió dejarse hacer. Dejó que los dedos ajenos recorran su intimidad, y descubran sus rincones preferidos [que para entonces habían sido develados]. Embriagada de placer (gracias a los expertos masajes intrapélvicos) gimió tímidamente, para no llamar la atención. Pero era señal de que estaba lista.

En ese instante él pegó todo su cuerpo al suyo. Tatsi, tocó, palpo y liberó lo que ella ahora quería apresar dentro de sí. Le dio vuelta, y jadeaba por detrás. Los labios recorrieron su espalda, las manos no soltaban los pechos y ella era un lago tibio en sí misma. Lentamente fue inundada [grande, firme, caliente, decidido]. Se acomodaron en el ritmo del vaivén armonioso y goloso. Luego sólo el placer determinaba los movimientos. Gimieron juntos, y todo se dio muy fuerte, intenso, largo.

Fue sabroso, me dijo al final Tatsi [con un brillo pícaro en esos ojos grandes y expresivos], mientras terminaba mi jugo de frutilla con agua (muy fría, para calmar mi imaginación).

4 comentarios:

th3king dijo...

interesante blog

muy buen estilo de narracion, te invito al mio

saludos

- JJ dijo...

En tus relatos es necesario detenerse a tomar aire y agua se adentran en la piel y erizan. Todo un juego fascinante.
Un abrazote mi amigo.
Sigue escribiendo con tu estilo elegante y sensual. Trazos que bien vale la pena leer y disfrutar.

Anónimo dijo...

uuuuyyyy,se me puso la piel a 100al leer experiencias que me traen recuerdos tan gratos y traviesos, esos momentos de arrebatos que dejan un dulzor tan rico en la memoria...y por supuesto en el cuerpo.
Un abrazo amigo del alma.

utópico dijo...

excelente!
me ha gustado mucho el relato...
saludos!!